jueves, 5 de marzo de 2009

No me veo

No me veo bien, en la mañana me levanté y no me reconocí en el espejo. Ese cabello negro, largo y ondeado no parecía el mío. Unos ojos marrones me devolvían la mirada y definitivamente no miraban como miro yo. EL rostro me sonreía. El cuerpo se veía delgado y la piel bronceada, como si regresara de la playa. No parecía que estuviera en medio de Lima, bien podría estar en Ica como en Piura o tal vez en cualquier playa del Caribe. No me veía bien, de pronto la del espejo parecía otra ¿extranjera? No parecía peruana.

¿Qué le sucede a uno cuando no se reconoce en el espejo? Tal vez podría hacer como dice una amiga "pasa la hoja y vuelve a empezar". Si uno amanece y de pronto no se identifica con lo que ve en el espejo... ¿Qué pasa? ¿Acaso de pronto perdemos la identidad? ¿Acaso amanecí sintiéndome Ecuatorina o Boliviana o con cualquier otra nacionalidad?

Prendí la tele y escuchar las noticias me hicieron sentir más fuera de lugar porque ya no sonreí irónicamente como siempre lo hago cuando escucho las barbaridades diarias de los padres de la Patria. Puse música y me puse a cantar tan alto una canción en francés que me sentí de allá.

Y es que de pronto no me veo, no muy bien al menos, espero que me pueda ver mejor mañana en la mañana y si no espero en tal caso la siguiente o las subsiguientes. Este irreconociemiento espejil no puede durar mucho tiempo, porque podría llegar a perder mi identidad ¿verdad? Nadie quiere sentirse despojado de lo que que consideró suyo desde que nació, y la identidad es eso, pero hay quienes hacen que de pronto uno se cuestione que tan productivo es mantener la identidad. A esos los tendré que desaparecer...
Hablen, empecemos por el Congreso, Palacio de Justicia y luego pasamos a Palacio de Gobierno. Si ellos se esfuman me sentiré mejor. Eso es seguro.

Ahí nos vemos.

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