Esperar o tal vez esperar...

Esas cosas que hay días en que abres los ojos y no tienes ganas ni de pestañear. Que te levantas de la cama 10 minutos antes de la clase, que en lugar de ir corriendo a clase primero vas al banco a sacar plata y después vas a clase, no haces mucho porque te olvidaste los materiales, y que la siguiente clase lo único que haces es escuchar - y das gracias a Dios que solo sea teoría - porque de verdad no te dan ganas ni de respirar porque cansa.

Llegas a tu casa, almuerzas, estás con un cansancio que te atormenta y jode para que vayas y duermas. Te preparas un café y mientras mueves el azúcar suena tu celular y el foquito se prende: "Ajá!".
Dejas la cucharita dentro de la taza y, mientras con una mano sacas el celular, te acercas la taza a la boca para tomar un sorbo de café hirviendo.
Sabes que es un mensaje, sabías que llegaría, esperabas que llegue desde que abriste los ojos en la mañana, sabías que te lo enviaría... y también adivinabas lo que decía, solo que necesitabas leerlo y saber que te lo enviaría.

"Estoy en Argentina. Adelanté el viaje una semana. Nos vemos en un mes."

Vas a opciones, bajas entre ellas y al llegar a Borrar... presionas OK con enojo, con ira contenida, con rabia y frustración. La ansiedad se cayó dentro de ti como cucaracha que muere apenas le lanzan el insecticida encima. El arrepentimiento corre por tus venas 5 segundos después, pero no sabes como mierda hacer magia y que el mensaje vuelva a aparecer en tu Inbox.
Dejas que pasen las horas, que el cansancio haga de las suyas y te vas a dormir por un par de horas antes de la cena. Tal vez durmiendo todo se vuelva un sueño y el mensaje nunca llegó o, mejor aún, nunca lo borraste. Solo tal vez.

Mili... deberías detestar los tal vez.